Leonel Messi y Juan Román Riquelme: cómo analizar los datos en el fútbol cuando el esfuerzo físico vale la pena
La idea de correr cuando se juega al fútbol, en ocasiones, tiene mala prensa. Cualquier insinuación de prestación física relacionada con el juego, en ciertas tribus, es una amenaza al espectáculo y al sentido moral del fútbol como deporte. Una contradicción flagrante: el fútbol es tal vez uno de los deportes más democráticos que no discrimina aportes valiosos ni por altura ni por tamaño. Y en el reparto de talentos, algunos pueden ser muy hábiles con la pelota y otros hacen su contribución simplemente cuando corren. Muy pocos pueden hacer todo.
El esfuerzo físico es una condición indispensable en cualquier disciplina, incluída el fútbol. ¿Pero cómo saber cuando ese despliegue agregó valor al juego de un equipo? Un paper nacido desde el departamento de ciencias del Barcelona FC busca ofrecer respuestas en ese sentido. Su título, traducido al español, es “¿Vale la pena el esfuerzo? Comprender y contextualizar las métricas físicas en el fútbol”. Se trata de una investigación encabezada por Sergio Llana, jefe de sports analytics del Barcelona y otros coautores que son analistas y científicos de datos del club y cobijados por el Barcelona Innovation Hub.
El estudio procura generar un sistema que le permita a los directores deportivos, entrenadores, preparadores físicos, ojeadores y reclutadores cómo interpretar los datos físicos de los futbolistas en función del aporte que hayan hecho para el equipo en determinadas jugadas, posición del equipo propio y también del rival. Es decir: analizar el despliegue físico en alta intensidad – establecida a partir de los 21 kms por hora cuando un futbolista hace un sprint- en situaciones relevantes, influyentes en el desarrollo del juego y no como métricas sueltas que fuera de contexto no explican nada.
Una de las hipótesis que elabora la investigación es si realmente es cierto que los equipos de mayor posesión de pelota son los que menos corren. Si se recuerda el domingo pasado cómo Kevin De Bruyne y Riyad Mahrez tenían capacidad para sus sprints ya en el tiempo de descuento de Manchester City-Liverpool, la intuición puede ser desafiada: lo que más importa es el esfuerzo en alta intensidad y no tanto los metros recorridos en un partido.
Cómo se obtuvo la información es una historia dentro de otra. El grupo de especialistas analizó el 70 por ciento de los partidos -más de 500- de las cinco ligas principales de Europa de la temporada 2020/21 con una confluencia de datos de diversas fuentes: incidencias del juego hechas por la compañía inglesa Statsbomb, feeds de transmisiones de TV provistos por la francesa Skillcorner -con algoritmos que pueden determinar datos físicos y velocidades de los futbolistas desde los mismos partidos que los hinchas ven por televisión- y el tracking de los sistemas electrónicos que capturan las métricas de rendimiento de herramientas como los GPS.
La “ensalada de datos” se completa con una métrica denominada EPV (Valor de Posesión Esperada) que cuantifica el aporte de un jugador en el armado, desarrollo y desenlace de una jugada. El EPV completa la cadena de valoración de un futbolista más allá del eje “gol-asistencia” y agrega una métrica cuando la jugada se encuentra en un estadío más temprano.
Messi camina y corre… mucho: un informe analiza cómo impacta el esfuerzo físico en el fútbol
Como análisis nacido en la usina del Barcelona, club insospechado de proponer un estilo basado únicamente en el despliegue físico, Lionel Messi fue uno de los múltiples objetos de estudio en la fase de ataque. A partir de tener “valles y picos” en una sola jugada donde camina, trota, corre y hace un pique por encima de los 21 kilómetros en pocos segundos, sirve de ejemplo para comprender y analizar el despliegue físico de un futbolista y que cada integrante de un club de fútbol saque las conclusiones necesarias para su área de trabajo.
Uno de los principales aportes de este estudio es el dar un salto de calidad en el uso de las métricas del fútbol. Destacar como algo relevante qué velocidad le marcó el GPS a un jugador es simplemente aportar ruido. Pero medir cómo influye el esfuerzo físico de un futbolista ,cómo contribuyó en una jugada concreta, cómo aporta al estilo de un equipo y según cómo estaban parados los rivales en ese momento, ya habla de darle un sentido concreto. Porque algunos pueden jugar al fútbol caminando. Pero otros tienen que correr: Messi lo precisaba de Jordi Alba y Juan Román Riquelme de Clemente Rodriguez. La diferencia es que ahora podemos saber cómo influye eso que antes no se podía medir.
Reference-www.lanacion.com.ar