CÓRDOBA.- En las últimas semanas el gobernador cordobés Juan Schiaretti -quien ya no tiene más opciones a la reelección- se mostró muy activo políticamente a nivel nacional. No lo hacía desde el intento fracasado del peronismo federal en 2019. Mantuvo reuniones con dirigentes nacionales de Juntos por el Cambio (JxC), lo que genera suspicacias en las filas locales de la alianza y también con dirigentes peronistas y de otras fuerzas que confían en que hay espacio para una tercera vía. Ese encuentro provoca interés en sectores empresarios con buen vínculo con el mandatario.

Las visitas del jujeño Gerardo Morales y de Facundo Manes a Córdoba movieron la ya agitada interna de JxC en la provincia. Son dos figuras a las que les interesa que el gobernador se acerque a la alianza. A nivel local, ese planteo lo explicitan -hablando de “coincidencias”- el legislador radical Orlando Arduh, quien aseguró que la coalición vive una “época de apertura”.

Se sumó también el diputado nacional Gustavo Santos, cercano al expresidente Mauricio Macri. Señaló que Schiaretti debe ser parte del “un plan nacional” de la alianza. Lo cruzó su par Laura Rodríguez Machado -ambos integraron listas diferentes en la interna cordobesa de JxC- planteando que cualquier alianza o acuerdo debe ser debatido por la Mesa Nacional.

El senador Luis Juez sigue de cerca los coqueteos de algunos sectores de la coalición con Schiaretti; con su voluntad declarada de ser candidato a gobernador en 2023 rechaza que otra vez la dirigencia nacional “intervenga” en las decisiones de Córdoba. El otro punto que le preocupa es que una parte de la UCR quiere tener postulante propio.

Juez sabe que toda insistencia con que Schiaretti podría ser parte de la coalición -más allá de que nunca lo haga- implica empezar a esmerilar al candidato que presente la fuerza. El peronismo cordobés debe decidir quién se postulará y el actual mandatario es el gran elector. Por ahora, todas las fichas apuntan al intendente cordobés, Martín Llaryora.

El senador ya hizo saber tanto a Macri como a Horacio Rodríguez Larreta y a la presidenta del PRO, Patricia Bullrich (quien lo acompañó en la interna) que deben definirse. “Que digan que quieren ganar Córdoba y que actúen en consecuencia para ganar Córdoba”, declaró en el programa local Día 7.

Según dijo, el expresidente le prometió esa respuesta para su próxima visita. Rodríguez Larreta sostuvo en Córdoba que no habría acuerdo con Schiaretti, pero siempre hay “enviados” suyos intentando acercamientos con el gobernador.

“Schiaretti no se fue con Macri que era su amigo en 2017 después del triunfo parlamentario; no se fue en 2019 cuando se incorporó a Miguel Pichetto como candidato a vicepresidente,; es imposible que lo haga en esta oportunidad”, señaló Juez.

El gobernador siempre insiste en que es “peronista” y en que no cambiará de fuerza, más allá de los contactos y acuerdos sobre determinados temas que pueda tener con dirigentes de otros partidos. En 2019 enfatizó varias veces ante sus allegados que su “límite” era Macri en referencia a que por un lado estaba el vínculo personal-institucional que tenía con él, pero otra cosa “muy distinta” era su apoyo político.

El asado que el cordobés compartió hace una semana con Morales, Rogelio Frigerio, Emilio Monzó, Juan Manuel Urtubey, Florencio Randazzo, Pablo Javkin y Ángel Rozas abrió nuevos interrogantes sobre si podrían avanzar en un armado que exceda acuerdos para actuar en el Congreso y apunte a lo electoral.

Hace unos días estuvo en Córdoba el chaqueño Jorge Capitanich y se descuenta que, además de la agenda institucional, hablaron de política con Schiaretti. Alrededor del gobernador creen que “el Coqui” está dispuesto a desmarcarse del Frente de Todos.

El exsenador y actual vicepresidente del Banco Nación, Carlos Caserio, planteó que Schiaretti no tiene chances de “nacionalizarse” y ser candidato. Ambos están enfrentados hace tiempo. Caserio dejó la presidencia del PJ cordobés para hacer campaña por Alberto Fernández.